

Admiración constante por la Dra. Sara Rueda
Dra. Sara Rueda, en nombre del equipo profesional y docente de Innovaciones Software y Servicios SAS, expreso hoy nuestra admiración y celebramos su éxito como si fuera nuestro.
A lo largo de los 15 años de esta extraordinaria aventura llamada Innovaciones Software y Servicios, he tenido la fortuna de conocer profesionales muy especiales. Algunos llegan y desaparecen como por arte de magia; otros nos aprecian como sus mentores; unos tantos nos exigen hasta más allá de nuestros horizontes y hasta hacen preguntas como si fueran para personal científico de la NASA - “me encantan los desafíos!”-; pocos clientes quedan insatisfechos y protestan con o sin razón, y los consideramos parte fundamental de nuestro proceso de perfeccionamiento de nuestros servicios postventa. Asimismo, todos nuestros proveedores y colaboradores internacionales de prestigiosas instituciones y organizaciones - incluyendo Harvard Medical School - se han convertido para nosotros, por cerca de 15 años, en una gran familia por su confiabilidad académica, tecnológica y profesional. Sin duda la mayoría de nuestros clientes goza con sus equipos y capacitaciones como si fueran niños destapando los regalos de navidad o adolescentes atendiendo un gran espectáculo respectivamente. Sin embargo como en todo, solo un puñado de nuestros clientes profesionales van “más allá” y nos sorprenden con sus procedimientos y resultados. Entre ellos destacamos hoy a la Dra. Sara Rueda, una profesional en todo el sentido de la palabra, en la mitad de su ciclo vital, felizmente casada con un reconocido empresario Santandereano y admirable ser humano apasionado por la ciencia del comportamiento.
Como muchos psicólogos, Sara llegó a nosotros movida principalmente por su interés por la neurociencia, pero con una visión particularmente innovadora. A pesar de tener enfoque y experiencia definidas, era sobresaliente su curiosidad por la tecnología que le presentamos en el momento. De inmediato encontró una conexión entre los instrumentos y nuestras demostraciones con su bagaje teórico, interesándose por los equipos más complejos; algunos de los cuales se encuentran lamentablemente almacenando polvo y telarañas en rincones de algunos laboratorios, adquiridos con el único propósito de obtener una acreditación de calidad académica.
Al principio la atendimos cordialmente, como a todos nuestros clientes, pero sin expectativas particulares. Incluso, personalmente le sugerí que comprara instrumentos más amigables para novatos en el campo de los procesos psicofisiológicos de intervención a fin de que pudiera recuperar su inversión a corto plazo ofreciendo servicios de óptima calidad. Sin embargo, su perseverancia y determinación eran formidables. Como era de esperar, tuvo muchas dificultades para obtener los resultados esperados a corto plazo, pero sorprendentemente ella continuaba comprando cada sistema que íbamos incorporando al catálogo y no dejaba de atender a cuanto curso y capacitación anunciábamos. Su práctica profesional se convirtió en toda una novedad y éxito en un exclusivo sector de su hermosa ciudad; pero sobre todo, se le notaba feliz cada que hablaba con ella por teléfono.
Nuestro trato trascendió a un plano más informal, y tuve la fortuna de conocer la persona detrás de las prudentes barreras del profesionalismo. Un día escuché que se enfermó “Sarita”. Fue justo a las 6:21pm del 31 de diciembre del año 2015. Me encontraba de vacaciones por los lados del eje cafetero colombiano en compañía de mi familia, cuando se me ocurrió llamar a mi amiga para desearle el acostumbrado Feliz Año. Mi esposa de inmediato se percato de la palidez en mi rostro, respondiendo con un gesto de preocupación. En mi interior sentía cómo un corrientazo encalambraba mis entrañas. Se trataba de un agresivo cáncer de tercer grado que se extendía por el cuerpo de Sarita, y amenazaba con filtrarse en su sistema linfático. A partir de ese momento, ella empezaría una lucha sin cuartel contra aquel invasor despiadado, con la tenacidad que solo he percibido en unas cuantos personas. Yo me le sumé a la fanaticada que aclamaba por su triunfo sobre la muerte. Hasta le prometí que si se recuperaba la visitaría personalmente en su casa - cosa difícil de cumplir para un ermitaño como yo -, en las afueras de Bucaramanga, para brindar juntos por la vida. Desde entonces, mi amiga ha pasado por incontables sesiones de quimioterapia, radioterapia, ha probado con terapias alternativas, suplementos naturales de reconocidos laboratorios alemanes, ha mudado de cabello, ha sufrido recaídas… Pero en términos generales, ella ha afrontado con valentía y fortaleza su proceso, hasta el punto de inscribirse en una maestría en neuropsicología ofertada por una destacada y certificada universidad española, como empecinándose en continuar el curso de su formación y de su proyecto profesional. Incluso recientemente se hizo a un sistema de mapeo cerebral inalámbrico que sólo unos pocos tienen en el país, diseñado y patentado por una notable y apreciada neurocientífica californiana, retándome una vez más a salir de mi zona de confort para estudiar y conquistar nuevos horizontes del conocimiento.
Hoy en día ya no está y me toca llorar… pero el cáncer y de alegría respectivamente gracias a su completa recuperación.
El cumplimiento de mi promesa implica romper la regla de oro en mi estricto código de ética comercial y profesional para con nuestros clientes; pero no me arrepiento de nuestro fascinante encuentro.
Atentamente,
Javier Cano Ocampo
Director Científico
Miembro Fundador
Innovaciones Software y Servicios, SAS
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Dra. Sara Rueda J.
Centro Internacional de Especialistas Cons.308-S (CIE HIC FCV),
Piedecuesta, Santander - Colombia.
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Sitio Web: www.sinergiaysalud.com.co